El verano pasado, organizamos un recorrido por la región de Le Marche, que comenzó en uno de los lugares más evocadores y espirituales de la región: la Piazza della Madonna en Loreto. Aquí recibimos a un entusiasta grupo de turistas belgas e italianos, dispuestos a descubrir las bellezas de este fascinante territorio.
Primera parada: Loreto y la Santa Casa de Nazaret
Comenzamos con una visita a la famosa Catedral de Loreto, que alberga la Santa Casa de Nazaret (la casa donde nació la Virgen María), y la Sala del Tesoro (la maravillosa sala pintada al fresco por Pomarancio), dos lugares de gran importancia espiritual.
Después del recorrido, nuestro grupo tuvo el honor de conocer al monseñor local, quien dedicó una bendición a los viajeros, enriqueciendo aún más la experiencia espiritual de la mañana.
Segunda parada: visita a una bodega local
Después de explorar el lado sagrado de nuestro día, nos sumergimos en lo más «profano» con una visita a una bodega local. Aquí, el grupo descubrió los secretos de la producción de vino y participó en una cata de vinos locales. Lo que comenzó como una simple degustación se convirtió en un momento de pura alegría: relajados y entusiastas, los turistas cantaron algunas de las canciones italianas más famosas conocidas en el mundo.
Tercera parada: almuerzo en una casa de campo
La tercera parada nos llevó a una acogedora casa de campo en la región de Le Marche para un almuerzo que evocó el ambiente agradable del pasado. Sentados alrededor de largas mesas, como en las grandes familias de campo, disfrutamos de un almuerzo lleno de sabores locales. La comida comenzó con una fuente de embutidos y quesos dispuestos en una forma muy especial: ¡el mapa de Le Marche! Después del primer y segundo plato, el almuerzo tenía una sorpresa reservada. Un primo de uno de nuestros viajeros se unió a nosotros para compartir un café y una charla emocionante, haciendo el momento aún más especial.
Última parada: Cingoli, el Balcón de Le Marche
El recorrido terminó con una visita a Cingoli, conocido como el Balcón de Le Marche. Aquí fuimos recibidos con gran entusiasmo por un grupo folclórico local, que tocó el Saltarello Marchigiano, un baile típico regional. Nuestros invitados participaron en un taller de pasta junto con las vergare, las damas históricas de la región de Le Marche que, en el pasado, manejaban la casa y la cocina con gran habilidad. Después de preparar la pasta y bailar juntos, el grupo se despidió de este maravilloso día con el corazón lleno de emociones, trayendo consigo los sabores, la música, la fe y la cálida bienvenida de Le Marche.
Un recorrido que ha sabido combinar espiritualidad, tradición y gastronomía, ofreciendo a los turistas belgas una experiencia inolvidable en la región de Le Marche. ¡Esperamos dar la bienvenida a otros viajeros para compartir con ellos la belleza y autenticidad de esta región!